Eustace Mullins murió en enero 2010. Desde hacía diez años, la noticia había llegado varias veces, y había sido desmentida otras tantas veces; por eso, cuando falleció de veras, se nos pasó. Pero ya sabemos que esta vez es cierto. Véase:
Eustace Mullins fue una personalidad única; discípulo y biógrafo de Ezra Pound, fue el que se adentró en la conspiración fundamental del sistema, la de la Reserva Federal. Posiblemente muchos hayan oído algo sobre el tema; él fue quien la destapó antes y mejor que nadie. Su libro sobre el tema fue publicado y reeditado varias veces; dicen que se vendieron hasta un millón de ejemplares en total. Pero ningún medio masivo lo mencionó jamás, ni lo publicó ningún editor con fama respetable. Aquí está la referencia:
http://www.amazon.com/Secrets-Federal-Reserve-Eustace-Mullins/dp/0965649210 , y aquí lo pueden leer todo en la pantalla: http://www.whale.to/b/mullins1.html.
Su problemática es bastante complicada, y no vamos a discutir si algunas de sus afirmaciones son ciertas o no, pero el caso es que el tema, incluyendo conspiración o no, sigue siendo candente. En un informe reciente, por Ellen Brown (http://www.huffingtonpost.com/ellen-brown/growing-number-of-candida_b_470411.html) nos enteramos de que “la nacionalización de la Reserva Federal (que no es federal en realidad sino propiedad de un consorcio de bancos privados) la pidieron en 2008 los candidatos presidenciales Dennis Kucinich, demócrata, y Cynthia McKinney, del partido verde. En 2009, el premio Nobel Joseph Stiglitz dijo que el gobierno hubiera hecho mejor financiando un banco de propiedad federal en vez de regalar billones y trillones de dólares a los bancos de inversión privada y el CEO, que se dedicaron a especular hasta la bancarrota. Ellen Brown subraya la actitud de Dakota del norte, el único Estado que tiene banco propio. Y se descubre que otros Estados, e incluso USA en conjunto, están jugando con la idea de librarse de la Reserva Federal. Pero, concluye ella, “la nacionalización de la Reserva Federal se enfrenta a poderosos opositores en el Congreso.”
Es preciso recordar que cualquier cosa contraria a los deseos de Israel también “se enfrenta a poderosos opositores en el Congreso.” Es interesante la coincidencia… ¿o se trata de algo más? En todo caso no era ninguna casualidad para Eustace Mullins, que lo veía como prueba de la influencia judía en la Reserva Federal. Ahí está el corazón de la fiera, pensaba él, y allí está también el corazón de los banqueros judíos.
Como esta posición estaba estrechamente vinculada a Mullins y a posiciones antijudías, incluso de extrema derecha, la izquierda yanki de la posguerra nunca tuvo ganas de hablar contra la Reserva Federal y el sistema bancario en general. Se dedicaron más bien a defender los derechos de las minorías.
En los años 1930, la derecha radical se había posicionado como posible amiga de los industriales y enemiga de los banqueros, que eran generalmente de la banca judía, mientras la izquierda radical estaba en contra de industriales y banqueros a la vez.
Pero desde entonces, las tendencias radicales erraron el camino. Hoy en día, sus herederos de la izquierda suelen condenar el complejo militar industrial como padre de todos los pecados, mientras que la derecha radical se enfurece contra los “comunistas”. Y los bancos se salvaron, lograron quedar fuera del debate.
La crisis financiera que se venía en USA atrajo la atención nuevamente. Hacen demasiado dinero, y se lo quitan a la gente común: éste es un tema en el que derecha e izquierda radicales podrían unirse, es la condena del sistema bancario.
Mucho de lo que escribía Mullins parece anticuado, pero su mensaje principal, dentro de su libro muy importante, sigue relevante: hay que nacionalizar la Reserva Federal antes que la Reserva Federal nos privatice a nosotros.
Traducción: María Poumier