Israel Shamir

The Fighting Optimist

HA LLEGADO EL MESÍAS A INGLATERRA

No, la nueva Duquesa de Sussex, Meghan, no es judía. Ha estado casada con un productor judío (¡@hertoo!), nada más. Sin embargo, el grito “¡Ha llegado el Mesías!” resonó con gran éxito en la comunidad judía de la Gran Bretaña. Se demostró en un tribunal que un judío muerto vale más que un inglés muerto y que hay que discriminar en favor del judío. ¡Una hazaña más en el Reino del Mesías Judío!

La caza de antisemitas sobrepasó a la montería en la categoría de deportes sangrientos. Ken Livingstone, el popular ex alcalde de Londres y militante de toda la vida del Partido Laborista, fue expulsado del mismo partido por sus puntos de vista anti-judíos, tachados de “antisemitas”. Esto supone una gran victoria en la campaña contra Jeremy Corbyn, el líder del Partido Laborista, llevada a cabo por Amigos de Israel, debido a su resuelto antisionismo y a su largo apoyo a los palestinos y otros movimientos de resistencia.

Corbyn está también a favor de una reconciliación con Rusia y la BBC se lució presentándolo con un sombrero de invierno ruso delante de una iglesia rusa, para demostrar que se trata de un agente ruso. Su hijo Tommy le dio “like” a un link de Facebook para uno de mis artículos en un sitio palestino y esto fue debidamente tildado como prueba de las inclinaciones antisemitas de su padre.

Livingstone es un tipo alegre, firme, honesto y muy popular, un valioso elemento para el Partido Laborista de Corbyn. En este caso, Corbyn cometió el mismo error de Donald Trump, quien también prefirió abandonar a sus mejores adeptos después de que fueran  acusados de antisemitismo y romper las reglas de la corrección política.

El judaísmo odia a Corbyn y a Livingstone no sólo por su postura en lo que concierne a Israel/Palestina, que es un indicador político. La comunidad judía organizada, a diferencia de los judíos comunes y corrientes, es un cuerpo político que actúa en contra de los trabajadores de Inglaterra, pero a favor de los propietarios y los ricachones. Con frecuencia votan por los conservadores; y si apoyan a los laboristas entonces los hacen ceder al estilo blairista. El Partido Laborista “estilo Blair” es un movimiento pro-judío, compatible con los conservadores. Blair metió al Reino Unido en la guerra de Irak, acentuando la destrucción de la clase trabajadora británica, la cual comenzó con Margaret Thatcher, la Dama de Hierro.

Ahora bien, Corbyn y Livingstone no son para nada blairistas. Se oponen a las guerras, a la OTAN, a la venta de armas a Israel y Arabia Saudita. Corbyn fue la voz de la razón cuando se desató la locura del caso Skripal. Es por eso que la comunidad judía organizada quiere deshacerse de él y el antisemitismo es su arma predilecta.

Cuando sometan a Corbyn, la Guerra Fría con Rusia se volverá cada vez más fría, o más bien candente, por juego dialéctico. Se asesinarán más yemeníes y palestinos con armas británicas y el dinero irá hacia el rearme nuclear del país, en vez de usarse para la salud pública. Es realmente triste que Corbyn les permitiera sacar del camino a Livingstone; perdiendo a un aliado y mostrando además un signo de debilidad.

No es el primero. Corbyn es débil en lo que respecta a los judíos, es su talón de Aquiles. Jeremy Corbyn mostró su acuerdo en que los ingleses muertos eran inferiores a los judíos muertos y esto es peor que la partida de Livingstone (hay que reconocer  que ésta es también una regla a nivel del Reino Unido , dicho sea para mantener el equilibrio).

En Inglaterra, el médico forense es el que da el permiso de disponer de los cadáveres para su entierro y esto toma tiempo. Los judíos no quieren que se les haga esperar como a los plebeyos, incluso después de la muerte. Exigen que los entierren inmediatamente, mientras que los no-judíos tienen que esperar una semana o más. Muchos forenses simplemente lo hacen así, mas no fue el caso de Mary Hassel, la forense obstinada del barrio norte e izquierdista de Londres, quien decidió actuar sobre la base de “el primero que llegue, será el primero en ser atendido”. En sus propias palabras: “de ninguna manera se le dará prioridad a ninguna muerte sobre otra”. Según ella, un judío muerto no tiene prioridad sobre un inglés en su camino al cementerio. Suena justo, como un recordatorio de la ley “todos somos iguales frente a la Parca”, pero tal igualdad va en contra de la tradición judía.

La ley judía postula que un perro vale más que un goy. Esto fue afirmado por la autoridad principal, Rashi (el rabino Shlomo Itzhaki, exégeta del siglo XI) en su comentario del Éxodo 22:30. Es preferible un perro a un goy, dijo el rabino al discutir la manera correcta de disponer de una carne no kosher (no “fit”). Aquí está la fuente original con traducción moderna judía al inglés:

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La traducción ablanda el mensaje al agregar “se le dará preferencia en este sentido”, cuando la versión original brutalmente dice “el perro vale más que él (un goy)”. La traducción propone la palabra “paganos”, mientras que la original francamente dice “goy”. Con tal actitud, es evidente que a los judíos no tienen reparos en  tomar el lugar de los no-judíos en la fila de espera del forense.

Es aquí donde el relato da un giro increíble: los judíos demandaron a Mary Hassel y ganaron. Esto no pasó en Israel, ni en un Estado judío sino en Inglaterra. El Tribunal Supremo determinó que un médico forense debe de considerar las sensibilidades judías. Si ellos no quieren esperar, no los hagas sufrir con la espera: es “ilegal, irracional y discriminatorio” negarse a discriminar en favor de los judíos. Esta decisión alucinante (y, en mi opinión, extremadamente ofensiva hacia un goy común y corriente que tiene que esperar hasta semanas para que lo entierren) fue tomada por el juez Singh y elogiada por el alcalde de Londres, que se llama Sadiq Khan.

Uno podría decir entre dientes: ¿cómo los indios importan sus ideas de casta en la justa Inglaterra? pero los jueces nativos no mostraron prisa por oponerse a Singh. Desafortunadamente, Jeremy Corbyn estuvo de acuerdo con la decisión, declarando: “Vemos con buenos ojos la resolución del Tribunal Supremo y será un gran alivio para aquellos judíos que sufrieron momentos de ansiedad significativos e innecesarios”. Peor aún: antes de que el caso pasara al Tribunal Supremo, Jeremy Corbyn le escribió a Hassel pidiéndole que reconsiderara su decisión.

¿Tal vez tenían la razón? Los judíos dicen que el entierro inmediato es un deber religioso. Es cierto, pero también lo es el asesinato de un judío bautizado como yo; es un deber religioso matar a tal apóstata incluso durante el Yom Kipur, pero los judíos usualmente se las arreglan para no cumplir con este deber. En una nota más amable, a un judío se le prohíbe comer pan horneado por un no-judío (רינוכ פת), pero la inmensa mayoría de los judíos viola esta prohibición. Hay centenas de leyes judías y prohibiciones que los judíos no acatan si no se pueden cumplir.

Es posible compensar este requisito de la ley judía por otro, el de mantener la paz con los vecinos (שלום דרכי), puesto que es obvio que meterse a la fila y tomar el lugar de los vecinos significa quebrantar las relaciones de paz con ellos.

Los judíos dicen que lo hacen por el bien de los musulmanes. Sin embargo, fueron los judíos quienes llevaron a Mary Hassel a los tribunales y no los musulmanes. Con frecuencia, los judíos utilizan a los musulmanes como coartada, en vez de decir: “no queremos ver un árbol de Navidad” o “no queremos escuchar las campanadas de la iglesia”, dicen “es ofensivo para los musulmanes”. Es ofensivo para los musulmanes el estar encerrados en Gaza, pero a los judíos no les importa cometer este crimen. Así que este pretexto no es más que un ejercicio sin importancia.

Jeremy Corbyn, el hombre que quiso complacer a los judíos, es presa fácil para los cazadores de antisemitas. No pretendo criticarlo, ya que es un político que opera en una Inglaterra bendecida con semejante Corte Suprema, un Parlamento a medida y unos medios de comunicación hegemónicos del mismo orden.

Nada lo podrá ayudar, nada ayudará al pueblo británico, hasta que decidan liberarse ellos mismos de este vasallaje judío.

A pesar de sus esfuerzos por satisfacer a los judíos, en un popular programa de televisión llamado New World Order, la izquierdista Frankie Boyle atacó a Corbyn por su “crisis antisemita”, justo en la semana en que los judíos cometían la masacre de Gaza. El increíble periodista británico y residente de Nazaret, la ciudad de la Anunciación, Jonathan Cook, analizó y calificó de vergonzosa la obscena acción de Boyle, escribiendo: “En la semana misma en que los palestinos necesitaban del mayor apoyo e Israel de la mayor condena, reiteraste serias y falsas acusaciones de una “crisis” de antisemitismo en el Partido Laborista, precisamente con el objetivo (lo entiendas o no) de impedir toda crítica a Israel. Esto es una traición al pueblo palestino en momentos en que más nos necesitan”.

Y es también una traición al pueblo británico, o deberíamos decir: ¿una forma de escoltarlos hacia el Reino del Mesías Judío?

P.S: Hoy, en la fecha de publicación de este artículo (¡qué asombrosa coincidencia!), se escuchó en Inglaterra otro gran paso adelante del Mesías Judío. Una cantante fue condenada por burlarse de Elie Wiesel. El juez declaró que irá a la cárcel; la sentencia se dará a conocer en un mes.

El periódico Jewish Chronicle informó que:

“Alison Chabloz, de Derbyshire, fue condenada por burlarse, al ritmo de Hava Nagila, de personajes judíos, incluyendo el Premio Nobel de la Paz, Elie Wiesel, así como de Ana y Otto Frank. El Juez de Distrito, John Zani, dijo que estaba “totalmente convencido” de que el material era “sumamente ofensivo” y que pretendía insultar a los judíos. La organización Campaign Against Antisemitism (CAA) declaró: “Básicamente, éste es un veredicto sobre la legalidad de la negación del Holocausto y las teorías de la conspiración antisemitas en el Reino Unido. Se trata de establecer dónde yace la línea entre la libertad de expresión y la peligrosa incitación antisemita”.

Así, en pocos años, Inglaterra pasó de permitir y despenalizar las parodias al “God save the Queen” a encarcelar a una artista por su canción ((sobrevivientes)), reincorporando el delito de lesa majestad en el Código Penal. Lo que cambió aquí fue la “majestad”, que se pasó de Windsor, rey de los goyim, hacia el Mesías, rey de los judíos, después de unos 70 años de reinado donde podías burlarte libremente de las dos dinastías. Fueron los años más libres que vivió Inglaterra, cuando el antiguo orden se había derrumbado y el nuevo todavía no se imponía.

 

Traducción: Daniel Osuna

Original publicado en  The Unz Review.

Para contactar al autor: adam@israelshamir.net

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