Israel Shamir

The Fighting Optimist

Después de Wiki-leaks, Police-leaks

El Alto Tribunal británico ha decidido entregar a Julian Assange a las Amazonas Nórdicas que quieren su cabeza. Así, la larga “Saga del Preservativo Roto”, o sea cual fuere el nombre con el que será conocido en la posteridad, ha tomado un curso hacia lo peor. El juez decidió acceder a la petición europea de Arresto solicitada por la Fiscal Sueca Marianne Ny. Julian ha apelado ante la Corte Suprema,  haciendo que este asunto siga como un “divertimento” lateral, al margen de la historia principal, el CABLEGATE.

 

   No vamos a ocuparnos más de lo que sucedió entre Julian y las dos mujeres; de esto ya se ha tratado en anteriores entregas [ver: La madre de todas las calumnias http://www.israelshamir.net/Spanish/BBC_smear-Sp.htm, y El arte de falsificar los cables http://www.israelshamir.net/English/Art_of_Cable.htm]. Hoy nos ocupamos de los dramáticos acontecimientos que ocurrieron inmediatamente después. Vivimos en una época de filtraciones, y esta historia no es una excepción. Los documentos de la policía sueca referentes al caso de Assange han aparecido en la web y hay algunas revelaciones sorprendentes; una de ellas se refiere al editor-investigador de “The Guardian”, David Leigh, y su cómplice, Nick Davies. Se les dieron los filtrados documentos de la policía mucho antes de que se hicieran públicos, y Davies “construyó una historia” que revelaba su especial acceso no autorizado. Ahora, los documentos originales (en sueco) han sido publicados enla página http:www. flashback.org, y la versión inglesa está ahora disponible en http://rixstep.com/1/20110130,02.shtml con este prólogo conmovedor del traductor:

 

   “La verdad se sabrá, la verdad vencerá. No dejemos nunca más que los periodistas especulen sobre lo que dicen los protocolos. Tras seis meses de investigaciones, la gente de Flashback ya tiene los verdaderos documentos. Las ruindades publicadas por periodicuchos como el “Daily Mail”, o los suecos “Aftonbladet” y “Expresssen” y, especialmente por el tóxico Nick Davies de “The Guardian”, ya no pueden sostenerse. Aún más; estos documentos son una denuncia de las “organizaciones de noticias” que han editado continuamente deliberadas inexactitudes o, aún peor, se han negado a publicar nada. El relato de Nick Davies sobre los protocolos fue maliciosamente tergiversado; tanto “Aftonbladet” como “Expressen” tuvieron los originales anteriormente y no publicaron nada. Los “bloggers” también los tuvieron pero, con arrogancia, se guardaron la información.”

  

   Una vez más, podemos comparar los datos escuetos con la historia oficial y de nuevo podemos confirmar que Leigh y sus socios son  unos descarados tramposos. Falsearon los cablegranas de la Embajada, tal como nosotros informamos en “Counterpunch”, y ahora podemos ver exactamente cómo falsearon también los documentos de policía acerca de Assange. Leigh y sus socios afirmaron que sus tachaduras y sus reescrituras se debían a las leyes británicas sobre difamación. En este caso él demuestra cuán vacía es su retórica. Se dio preeminencia a cada acusación contra Assange; la verdadera historia ha permanecida escondida hasta hoy.

 

   Nuestra historia empieza el viernes, 20 de Agosto de 2010, cuando las dos mujeres de nuestra historia, Anna Ardin y Sofia Wilen se reunieron en Estocolmo, compararon sus experiencias y discutieron cómo conmemorar su fin de semana con Julian. Manipuladora y ambiciosa, Anna Ardin había decidido ejercer una dulce venganza contra nuestro jovial y alegre Julian, que había huido de ella como una mariposa, yendo a parar a la cama de la más joven Sofia. El plan de Anna era permanecer en un segundo plano, y convenció a Sofia que presentara la denuncia. E hizo más: ella misma llevó  a Sofía a la policía.

 

   Pero Anna no acompañó a Sofía al cuartelillo de policía más próximo. No; Anna ya había arreglado previamente una cita con su buena amiga policía, la señora Irmeli Krans. Anna Ardin e Irmeli Krans habían coincidido anteriormente como candidatas en unas elecciones municipales. Irmeli  llegó en el 38º lugar y Anna en el 12º. Irmeli es una conocida activista del movimiento LGBT y del Sindicato de Policías Gay. El blog de Krans está lleno de imágenes de desfiles gays en Riga, Tallinn y Estocolmo. Parecería que esta enérgica investigadora penal toma su trabajo de policía como un entretenimiento mientras que su verdadero trabajo consiste en asistir a desfiles gays en toda Europa, pero lo dejó todo por el caso Assange.

 

   Anna llevó a Sofia al cuartelillo de policía cuando todos los agentes se habían ido a casa a las cuatro de la tarde, dejando que Irmeli se ocupara de la aturdida Sofia. A las 4.21 Inmel empezó a escribir lo que describió como “el interrogatorio de Sofia Wilen”.  Anna Ardin estuvo siempre presente en la habitación y presentó a Sofia a la mujer policía, pero su presencia nunca fue mencionada en los protocolos. Esto es una gran violación de la ley; ¡los testigos amigos nunca pueden estar presentes durante un interrogatorio policial! Además, toda persona presente debe ser mencionada, pero Anna no lo fue.

 

   Finalmente, todo este cuidadoso montaje en el cuartelillo de policía se malogró por un desenlace demasiado apresurado. Cuando el interrogatorio aún no se había terminado cuando otra mujer policía entró, como si le hubiesen dado una señal, llamó al fiscal y se obtuvo una orden de detención contra Julian “in absentia”. Parecía que todo había sido cuidadosamente preparado de antemano. El fiscal cursó la orden de detención sin haber leído la denuncia y sin que Anna hubiese hecho un informe o planteado una denuncia. El punto culminante de nuestro drama ocurrió a las 6 de la tarde del viernes y a primeras horas de la mañana siguiente (el sábado, 21 de Agosto), cuando el ruin tabloide de extrema derecha “Expressen”, un clon sueco del “New York Post”, ya había publicado todos los alegatos de la policía, con una fotografía de Assange en la primera plana, y el titular “DOBLE VIOLADOR”.

 

   Esto era una amenaza del Pentágono convertida en realidad. Los militares de los Estados Unidos exigían a Assange que destruyera todos los archivos, o se atuviera a las consecuencias.”Si haciendo lo correcto no basta para acabar con ellos (con Wikileaks), veremos qué otras alternativas tenemos para obligarles a hacer lo correcto”, dijo el portavoz  del Pentágono. El tema  sexual fue instrumentado arteramente para forzar a Julian, y los sentimientos de Sofía carecían de importancia.

 

   Los documentos policiales filtrados demuestran que Sofía estaba muy disgustada cuando se enteró de los cargos; nunca supuso que a Assange iban a acusarle de violación. Como comprobamos por el testimonio de su novio americano, Sofia tenía un verdadero terror al sexo sin precauciones. Después de escuchar toda su vida cuentos de terror, temía las fatales consecuencias del mismo; le aterraba la idea de los virus vagando por todo su cuerpo, y lo único que quería de la policía era que obligara a Julian a que se sometiera inmediatamente a un test de detección del sida. Julian estaba de acuerdo pero los laboratorios estaban cerrados ese fin de semana.

 

   Pero ni siquiera Irmeli Krans, la interrogadora que odia a los hombres,  podía creer que se había cometido algún delito. Por lo visto, Irmeli se proponía consolar a Sofia y así se lo hizo saber a sus superiores; inmediatamente fue separada del caso y su jefe, Mats Gehlin, pasó a ocuparse del mismo. La primera cosa que hizo fue ordenarle que “arreglara” el documento de la entrevista con Sofia. Irmeli sabía que esto estaba mal y le mandó un mensaje que decía: “Asumiendo el riesgo de poner inconvenientes, yo no quiero que un documento sin firma, y con mi nombre, circule por “Dur’TVD. Especialmente ahora, cuando el caso ha llegado a este punto”. Pero él siguió insistiendo, hasta que ella se sometió a su autoridad. En cualquier caso, el sistema de computadoras (Dur’TVD) no le permitiría falsificar los documentos; pero el sistema modificó la fecha datándola en el 26 de Agosto, señal inequívoca de manipulación. De manera que, ahora, el protocolo original ni siquiera existe. Sin embargo, incluso después de haber manipulado los documentos, el interrogatorio de Sofia Wilen es muy especial: ella no lo firmó y no hay grabación fonográfica de su voz, de manera que sólo podemos suponer lo que sucedió. Las discrepancias en los documentos de la policía sueca tal vez no lleguen a ser noticia, pero esa noche del 20 de Agosto – la noche en que el fiscal autorizó la detención de Julian – fue una noche muy atareada para cierto partido político ruin y sus periodistas asalariados.

 

   Esa noche había tenido lugar una pomposa fiesta en Harpsund Slott, la residencia de verano del Primer Ministro, un “Chequers” sueco, un lugar fabuloso que habían visitado todos los personajes importantes, desde Nikita Khrustchev hasta Angela Merkel. Además del Primer Ministro y del MInistro de Asuntos Exteriores, estaban presentes varios políticos y periodistas, entre ellos Niklas Svensson, un periodista político del “Expressen”. Svensson había sido expulsado del “Expressen” en 2006, por haber ejercido de pirata informático en un partido de la oposición, robando un importante documento referente a la estrategia de ese partido en unas elecciones. Más tarde fue readmitido a causa de sus fuertes simpatías políticas por la coalición (muy pro-americana) derechista gobernante.

 

   Esa noche Svensson recibió un mensaje en su móvil mencionando la doble denuncia contra Julian, aunque sabemos que en aquél momento había apenas un solo informe renuente. No sabemos si él compartió la noticia con los ministros y embajadores presentes en la fiesta, aunque tampoco podemos creer que se lo hubiera callado. Las elecciones debían celebrarse al cabo de tres semanas, y el gobierno estaba ansioso por conciliarse con los americanos, molestos por la nueva base sueca de operaciones de Julian. Svensson telefoneó a la policía y al fiscal, y éstos le confirmaron  la noticia como un comunicado oficial de prensa del Departamento de Policía.

 

   La mañana siguiente, la policía Sara Wenneblom telefoneó a Anna Ardin y le dijo que tendría que testificar. Ella hizo la entrevista por teléfono el mismo día. En esa entrevista telefónica Anna dijo que ella había  tenido sexo consentido con Assange, pero que no habría estado de acuerdo de haber sabido que él no usaba preservativo. ¡No había habido violación! Pocas horas después, la denuncia fue anulada cuando otro fiscal, Eva Finne, repasó los informes y llegó a la conclusión de que no se había cometido ningún delito. Caso cerrado.

 

    Pero el caso cerrado iba a reabrirse pronto. Las fuerzas derechistas pro-americanas en Suecia querían hacer tanto daño como fuera posible a Julian. Les preocupaba que Suecia se convirtiera en el cuartel general de Wikileaks, y sabían que unas alegaciones por mala conducta sexual impedirían (como así fue) que Julian obtuviera un permiso de residencia permanente. Los derechistas suecos eran apoyados y guiados por Karl Rove, el consejero político americano y partidario de Bush, que había sido también consejero del Primer Ministro sueco Fredrik Reinfeldt, durante los dos últimos años. A Reinfeldt le habría gustado ser considerado como “el Ronald Reagan sueco”; durante años trató de desmantelar el socialismo sueco y  hacer  entrar a Suecia en la OTAN. El abogado americano Roger Shuler ha demostrado convincentemente que las huellas dactilares de Rove se encuentran en todo el caso Assange.

 

    Con objeto de volver a abrir el caso, se hizo entrar en juego a un bufete de abogados dirigido por dos pesos pesados políticos, Bodstrom y Borgstrom. Thomas Bodstrom había sido Ministro de Justicia, y su acceso a la fama se debió a haber entregado a dos desgraciados árabes residentes en Suecia a unos ejecutivos de la CIA para que pudieran ser torturados en una de las cárceles de Mubarak. Claes Borgstrom había sido Ministro de Igualdad; no, no Igualdad social, ¡por Dios! sino “Igualdad de género”. El feminismo es una buena carrera para un sueco, por lo menos para expiar a su ofensivo género. Borgstrom es un super-feminista, luchando siempre por una más amplia definición de la violación. Es famosa su declaración de que una mujer nunca podría estar segura de haber sido violada o no; sólo los abogados pueden asegurarlo. Los bloggers suecos observaron que defendió la “Directiva Europea de Retención de Datos” porque ayuda a “coger a más violadores” [ver: http://rixstep.com/2/1/20100919,00.shtml].

 

   Borgstrom habló con su vieja camarada Mariane Ny, y ambos prepararon nuevas leyes que ampliaron la definición de violación hasta el extremo de que “si una mujer no tiene orgasmos múltiples durante un sexo heterosexual, el hombre puede ser acusado de violación”, según la ingeniosa expresión de una  hermana feminista. Ny dirige un “centro de desarrollo”, especializado en delitos sexuales, y quiere llevar al feminismo al máximo nivel, estilo Valerie Solanas. La juez jubilada Brita Sundberg-Wietman ha escrito lo siguiente sobre Mariane Ny: “Se sabe que ha dicho que cuando una mujer afirma que ha sido víctima de una agresión sexual por un hombre, es una buena idea detener al hombre, porque sólo cuando él está detenido tiene tiempo la mujer para pensar en su vida en paz y darse cuenta de cómo ha sido tratada. Según Ny,”la detención ejerce  un buen efecto como protección de la mujer, incluso en los casos en que el hombre es juzgado pero declarado no-culpable”.

 

   Marianne Ny es fiscal en la lejana Gothenburg, pero las leyes suecas le permiten intervenir en cualquier caso cuando se ha producido un nuevo suceso. Y he aquí que con el asesoramiento de Borgstrom, súbitamente aparecieron nuevas pruebas: diez días después de la detención y la liberación de Julian, Anna Ardin presentó un preservativo sucio en un cuartelillo de policía. El preservativo fue examinado y quedó demostrado que no había sido usado. Pero Marianne Ny no necesitaba un resultado positivo; todo lo que necesitaba era “un nuevo elemento”, y, en consecuencia, reabrió el caso.

 

   Después, no hizo nada. De vez en cuando, llamaba a un nuevo testigo para ser interrogado, pero Julian no fue citado otra vez. Sólo fue mucho más tarde, cuando él estaba en el Reino Unido, cuando Marianne Ny decidió exigir su extradición. Fue una treta astuta. Si le hubiera citado para interrogarle mientras estaba en Suecia, el caso se hubiera deshinchado en seguida.  Como ahora  podía ser llevado a Suecia contra su voluntad, Ny y Borgstrom podrán encerrar a Assange durante meses hasta el juicio, ya que la ley sueca no permite la fianza. Una vez detenido, Julian puede ser enviado a los Estados Unidos, o directamente a Guantánamo, sin regresar a Suecia, porque un preso extranjero puede ser deportado si así lo decide el gobierno sueco.

 

   Nuestro héroe se encuentra en un buen lío. Y, mientras tanto, y para crear más confusión y para destruir la creciente popularidad de Julian, el equipo del “Guardian” se ha inventado un nuevo cargo: esta vez es “antisemitismo”. Es mucho más fácil gritar “¡Antisemita!” que defender al “Guardian” de estas verdaderas acusaciones: falsificación de cablegramas, plagio, manipulación y deliberada difamación de Julian Assange… La mejor respuesta a esta nueva y ruin acusación se encuentra en este fabuloso video JULIAN ASSANGE kicks kittens http://www.youtube.com/watch?v=Jnx-CJjHjtQ.

 

   ANNA ARDIN: CONTINUACION

 

   Si Anna Ardin esperaba disfrutar de su venganza, se equivocó por completo. Concurrió a las elecciones locales inmediatamente después de que se produjera el caso y consiguió un total de 6 (seis) votos, mientras que el siguiente candidato menos votado tuvo 1500 votos. Fue un clásico caso de hacer el ridículo en su país. Su única posibilidad de rehabilitarse consiste en ser requerida por las “Black Public Relations Agencies” por su negativa capacidad en las relaciones públicas.

 

   Escribimos en “Counterpunch” que esa joven tenía ciertas relaciones con la CIA y que había sido expulsada de Cuba por esa misma razón. Algunas feministas afirmaron que una señora no debería ser criticada después de haber sufrido por culpa de un bruto como Assange. Sin embargo, ahora disponemos de una confirmación de una excelente fuente: la BBC.

 

   Su hombre en Cuba, Fernando Ravsberg informó: Anna Ardin, la sueca que acusa de violación a Julian Assange, parece haber trabajado para una facción disidente cubana. Fuentes de los disidentes confirmaron que Ardin apoyó a la oposición en Cuba durante años.

 

   Manuel Cuesta, un líder del “Arco Progresista” admitió que la conexión política duró desde 2004 hasta 2006. Las actividades de la sueca en Cuba tuvieron poco que ver con las de una turista normal. Ese líder de la oposición aseguró que “nos aconsejó sobre cómo formar un partido político, intercambiamos bibliografías y su grupo nos proporcionó una pequeña cantidad de ayuda económica”.

 

   Parecía que todo iba marchando bien hasta que ella trató de hacernos pagar por sus servicios. Según el opositor, ella intentó influenciar sobre cómo debíamos dirigir “Arco Progresista”. “Nuestra renuencia le causó  cierto disgusto.”

 

   Manuel Cuesta la describió como una mujer muy bella. Egocéntrica, con una fuerte personalidad, inteligente y muy eurocéntrica. Su principal virtud es su firmeza, y su peor defecto es su eurocéntrica arrogancia.

 

   Cuesta dijo a Ravsberg que, en 2006, Anna estableció alguna conexión con Carlos Albert Montaner, al que algunos consideran un contacto con la CIA. Pero Montaner negó enérgicamente conocer a Anna [ver: http://www.miamiherald.com/2010/12/21/1982899/beware-conspiracy-theories.html].

 

   Ravsberg concluyó: “Arco Progresista tiene pocas certezas pero muchas sospechas. Manuel nos dijo que todo esto entra en el intrigante terreno de los engañosos roles políticos, lo cual me sorprende un poco. Para armar el rompecabezas, hay que pensar y mirar hacia atrás, porque es evidente que hay algo extraño en todo esto”.

 

   Traducción: Pedro Varela

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